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lunes, 23 de marzo de 2015

Cathy Fulop ;Acaba de cumplir 50 años y dice sentirse a gusto con su edad y su cuerpo. Habla de su trabajo en la radio, de su vuelta a la televisión, de su cuñada leyenda y de su hija famosa.


Hace once días cumplió 50 años y está bien lejos de acusarlos. Ahí está Catherine Fulop, flamante e inalterable en los pasillos de un gran estudio de fotografía, después de una sesión de fotos y reclamando por su extraviada viandita. Finalmente se la encuentran, distribuida prolijamente en tres tuppers que guarda en una lunchera “para después”. Nadie mejor que ella para dar cátedra de cómo mantenerse. Una alimentación sana -sigue la “nutrigenética”, inspirada en la dieta del hombre paleolítico-, ejercicio físico diario y ciertos tratamientos estéticos son los secretos de quien dice aceptar con madurez el paso del tiempo, pero cuya figura parece inmune a él.
Actriz, conductora, modelo, transitó por casi todos los géneros en televisión y algunos menos en teatro. Ahora, la venezolana se animó a probar suerte con la radio. Desde hace un año reemplazó a Viviana Canosa en la primera mañana de Vale (FM 97.5) para conducir Mi gente bella, de 6 a 10 (sí, la dejaron titularlo con su frase de cabecera, que suena mucho mejor con esa tonada caribeña que se resiste a dejar).
Dice que se levanta a las 4 AM. Un horario sacrificado que le deja pocas energías para ocuparse de las cosas de la casa, del Ova, de sus hijas Oriana (18) y Tiziana (15) o de sus clases de locución. Aunque aclara que la familia fue una prioridad durante toda su carrera. “Yo siempre que agarré un trabajo planteaba que si había una acto en el colegio iba a faltar. Me quieres, me aceptas así. Y en ningún trabajo me hicieron problema”, cuenta con orgullo.
¿Qué te cautivó de la radio?
Nunca me imaginé que podía hacer radio. Pero fuimos a la reunión y el gerente me dice: “Cathy, tú abarcas muchos estratos sociales, eres muy querida por hombres y mujeres”. Y salí inflada como un globo. “¡Sí, yo quiero!”. El primer año fue difícil, pero tengo a mi compañero Marcelo Foss, con quien tenemos cosas parecidas, somos atolondrados, distraídos... (¿Quieres atender? Ah no, es el mío). Se ha creado un lindo clima. Y estoy aprendiendo, estuve todo el año pasado estudiando locución. Como para soltarme más.
¿Sentiste la presión de no ser del palo?
Por supuesto. Porque pienso en los que estudiaron locución, y yo que me enredo leyendo. Pero agarró una onda particular el programa, es como si estuviera en mi casa. Yo escuchaba mucha radio de chica, participaba, me gustaba ir a buscar regalos. Cuando saludo, que grito ‘¡Hola mis gandules, mis vagos, mis holgazanes’, como en Catherine cien por ciento, eso lo saqué de un locutor que nos ponía mi mamá a la mañana antes de ir al colegio. Es un bello recuerdo.
Cumpliste 50 y estás impecable, seguís haciendo campañas. ¿Cuándo sentiste que te convertiste en una sex symbol? ¿Se siente igual que hace veinte, treinta años?
Hubo una época en que la única revista con desnudos era Playboy. Después empezaron Gente, Caras... Y yo fui una de las pioneras que empezó a hacer fotos bien atrevidas en esas revistas. Y rompieron. El tema es que después te cuesta bajarte de ahí, no te toman en serio. Acá, si sales en bolas eres gato, y si te haces la suciecita, o la desgreñada, eres una intelectual, o puedes protagonizar una novela. No hay término medio, y a veces lucho contra eso. Porque creo que una es todo: yo soy la gato, la intelectual, la suciecita, la actriz, la sexy, la señora. Yo soy toda.
¿Y cómo te llevás con el paso del tiempo?
Los 50 me agarran con madurez. Cada vez me acepto más. No es fácil cuando estás tan observada y vives de tu imagen. Pero hay entender que es otra etapa de la vida y también tiene su atractivo. Yo no me preocupo, me ocupo. Hago gimnasia, me cuido. Y si me tengo que poner un poquito de botox, me pongo, no es lo que más me gusta. Trato de mantenerme, porque hay una edad en que la mujer envejece muy rápido. Pero bueno, pasa lo que va pasando, me gustan las arruguitas como salen.
¿Vas a decir lo mismo en diez años?
Uno va siendo más grande. La vida es así. A menos que te empeñes y no puedas madurar. Yo empecé a hacer comerciales a los 16 y mi vida no paró. Corrí detrás de la zanahoria, y me la comí, la zanahoria. Hice todo lo que quise hacer, y lo hice con todo el amor de mi vida.
Hay mucho debate sobre la cosificación de las mujeres en los medios. Y volvemos un poco a la resistencia de algunas al paso del tiempo, al fanatismo por mostrarse flacas o hacerse cirugías. ¿Cuál es tu postura?
A mí me parece que los extremos son malos. Pero me gusta tomar posturas. Siento que no hay ninguna mujer fea. Creo que la mujer tiene que ponerse lo que le haga sentirse cómoda. Si estás cómoda en chancletas, con bata, en jogging, desalineada, chévere. Si eres feliz, bienvenido sea. Pero yo me pongo en el grupo que me gusta verme bien, si me puedo poner algo lindo que me ayude a verme más linda, mejor. Si me puedo peinar, maquillar, me encanta. Me gusta ver a una mujer que se cuida, con un lindo bolso o blusa, con actitud. Yo respeto las dos posturas, pero yo me pongo en la que nos tenemos que cuidar, porque no hay mujer fea sino mal arreglada.
¿No creés que se vende sólo la imagen de la mujer perfecta?
Bueno, sí, un poco lo hacen. Y es como te decía antes. Si sales en bolas eres gato y si estás desalineada eres una intelectual. Creo que no deberíamos clasificar. Yo, por ejemplo, estuve en lo de Marcelo Tinelli y mostraba cola y me ponía sexy, pero por otro lado mostraba que bailaba. Y muestro que puedo actuar y puedo hacer fotos.
Hablando de fotos, estudiaste fotografía. ¿De dónde viene esa afición?
Mi papá y mi abuelo eran fotógrafos aficionados. Lo heredamos todos los Fulop. Estudié tres años. Pude exponer en el Malba y me convocaron para BA Photo. Me volví muy obsesiva con la luz. Porque siento que los fotógrafos nos hemos achanchado con el Photoshop.
¿Te sirve para las campañas?
Yo suelo pedir que me muestren la foto, porque a veces te iluminan para el c... total después se arregla con el Photoshop. De hecho, yo me empecé a interesar por la fotografía por eso, porque veía que estaba más grande y no sabían iluminarme.  

Su hija Oriana, la heredera
Catherine ya tiene a su heredera. Madre embobada, Fulop se deshace en elogios hacia su hija mayor, Oriana, que ya dio sus primeros pasos en la televisión y en las pasarelas. ¿Si le da consejos? Claro. “Yo le digo que su cuerpo es su instrumento de trabajo. Para ella tiene que ser lo mismo mostrar una teta que mostrar un codo. Al papá no le gusta mucho. Confío muchísimo en ella. Tiene mucho criterio y tiene algo que yo no tenía a su edad: yo siempre fui muy atolondrada, inmadura, soñadora y enamoradiza como toda pisciana. Ella no. Tiene los genes Sabatini re marcados: es muy madura, muy seria con su carrera. Ahora se propuso trabajar en inglés, aún sabiendo que tendría trabajo seguro en Telemundo o Univisión, donde me conocen todos. Y está haciendo castings en inglés. Además canta desde los 8 años, baila, toca el piano. Iba a todas sus clases, era muy constante. Sabía lo que quería desde chiquita. En eso se parece a Gabriela. Gaby lo tenía muy claro desde que vio a su hermano jugando al tenis”, cuenta.

La admiración por su cuñada
El día anterior a su cumpleaños 50, Cathy y Ova se emocionaron con un hecho histórico: el regreso al tenis de Gabriela, a veinte años de su retiro. En familia, vieron el partido contra Mónica Seles en el Madison Square Garden. “No pude estar allá, pero nos mensajeamos mucho. Es una grande. Tiene 44 y ¡está mejor que antes!”, elogia a su cuñada. Tuitera activa, la Fulop le dedicó un mensaje en su cuenta: “Desde casa con emoción todos viéndote cuñaita!”, escribió.

Una participación en Viudas e hijas del rock & roll
Alejada hace un tiempo de la ficción -lo último que hizo fue Taxxi, amores cruzados en Telefé-, Cathy aceptó hacer una participación en Viudas e hijas del rock and roll. “Tiene buena vibra la novela, yo la veo, me gustan los personajes. Me dijeron que iba a ser la mujer de Mex, y la mamá de Nico Francella. Lo hice simplemente para divertirme y para tocar un rato la televisión que tengo rato que no la tocaba. Y han habido otras propuestas para conducir y no se han dado. Pero estoy dispuesta a que pueda suceder este año”, avisa.

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