Un remisero de 60 años fue asesinado a golpes en la nuca y de un puntazo en el pecho, y su cuerpo fue enterrado en el fondo de una casa, cubierto con cal, tierra y piedras, en el partido bonaerense de Merlo, informaron fuentes policiales.
Por el hecho, los investigadores buscan a un pasajero que un día antes del hallazgo del cadáver había solicitado un viaje e intentan determinar si el crimen está vinculado con un robo o si se trató de una venganza relacionada a un conflicto de pareja.
Fuentes policiales identificaron a la víctima como Juan Roberto Cambel Ortiz, cuyo cadáver fue hallado ayer por la tarde enterrado en los fondos de una casa en la calle Gorriti 450, en el barrio Pompeya del mencionado partido del oeste del conurbano bonaerense.
Según los investigadores, todo comenzó el sábado por la tarde, cuando un hombre llegó hasta la remisería del barrio para la que trabajaba la víctima y pidió un viaje. El pasajero se subió a un remís Renault 9 color bordó y Cambel Ortiz lo llevó hasta el destino, en Gorriti al 400, a unas ocho cuadras de distancia.
Los investigadores lograron determinar en base a declaraciones de vecinos que al llegar al lugar, tanto el pasajero como el remisero se bajaron del vehículo e ingresaron a la vivienda, sin que se observaran peleas ni discusiones.
Como el remisero no regresaba a su lugar de trabajo y las horas pasaban, el dueño de la remisería y sus compañeros lo fueron a buscar por la noche hasta la casa donde había llevado a su pasajero, pero no lo hallaron. Lo que sí encontraron fue el remís abandonado a unas cuatro cuadras de la remisería, con las llaves puestas y los teléfonos de la víctima, encendidos, sobre uno de los asientos.
El dueño de la remisería, de nombre Gabriel, explicó que cuando llegaron al domicilio del destino del viaje que el sábado hizo Cambel Ortiz, se encontraron con un vecino que les dijo que allí vivía un hombre que hacía "entregaderas de autos". Al explicar esta modalidad, Gabriel dijo que "se toman un remís, le roban al chofer, lo atan o lo retienen y se llevan el auto".
El hombre contó que mientras estaban hablando con el vecino, apareció el sospechoso, quien al verlos, escapó corriendo. "Lo corrimos con el auto, lo interceptamos en una esquina, yo lo golpeo, se me escapa, se mete en una quinta lindera y lo perdemos de vista", relató.
Gabriel responsabilizó a la Policía por la fuga del sospechoso. "El actuar de la Policía fue pésimo. No nos hizo caso, no vino a apoyarnos", dijo, al referirse a que no sólo no ingresó al domicilio donde más tarde fue encontrado asesinado Cambel Ortiz, sino que tampoco pudo detener al sospechoso.
La hija de Cambel Ortiz realizó la denuncia por la averiguación de paradero el domingo a primera hora de la mañana en el Destacamento Policial de Pompeya, en Merlo. Casi en paralelo, la concubina del dueño de la casa de la calle Gorriti se presentó en una comisaría y relató que estaba asustada porque había recibido un mensaje de texto en su teléfono celular de parte de su pareja, que le decía que no fuera a la parte trasera de su vivienda porque había enterrado un cuerpo.
Ante esa situación, la Policía concurrió al lugar y con una orden judicial se realizó un allanamiento, durante el cual se encontró un contrapiso roto en los fondos, donde luego fue hallado enterrado el cadáver del remisero. El cuerpo de Cambel Ortiz estaba tapado con cal, cemento, piedras y tierra, y presentaba cuatro golpes fuertes en la nuca provocados por un caño o un palo, y un puntazo debajo de una tetilla.
Los investigadores encontraron rastros de sangre en la pantalla de un televisor en el living y en un mantel, por lo que sospechan que el remisero fue asesinado allí y luego enterrado en el fondo.
La Justicia ordenó la detención de la mujer del dueño de casa, aunque el hombre no fue hallado y ahora es intensamente buscado. "La mujer quedó detenida porque se detectaron contradicciones entre lo que dijo y lo que dicen los vecinos. Por ejemplo, ella dice que no había estado el sábado con su pareja, pero los vecinos los vieron juntos cerca de las 18 de ese día", dijo un jefe policial.
En tanto, anoche, decenas de vecinos y familiares del fallecido provocaron incidentes en la puerta de la casa de Gorriti 450, donde prendieron fueron un Fiat Duna presuntamente del prófugo y rompieron un portón de ingreso.
Las sospechas de los investigadores apuntan a que el remisero podría conocer a sus atacantes y que pudo haber sido víctima de algún tipo de venganza, aunque no descartan la hipótesis del homicidio en ocasión de robo.
En el día de hoy manifestantes pidiendo justicia por el caso acusaron a la policía local de enlentecer las investigaciones, y reclamaron que la cúpula policial del Destacamento de barrio Pompeya sea removido.
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