La abuela Emma, que salió el 27 de diciembre desde Tucumán cargando sólo un carrito, caminó más de 1200 kilómetros hasta llegar a la Basílica de Luján para pedir por la paz en el mundo.
Con una multitud que salió a recibir con gritos de aliento y pasacalles, la italiana Emma Moroncini cumplió su promesa de pedirle a la Virgen por los jóvenes y la paz mundial. Al ver a la gente, la "abuela caminante" se emocionó por el apoyo y agradeció por sumarse a su pedido.
Después de ser acompañada por Gendarmería, Emma ingresó a la Basílica y participó de la misa junto a cientos de fieles que decidieron acompañarla.
Tres días atrás, la abuela tuvo que ser internada en la localidad bonaerense de Los Robles, debido a una descompensación que sufrió mientras realizaba su marcha.
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