Les pidió a Solá que apoye la lista de de Narváez para neutralizar al kirchnerismo y a Sergio Massa en octubre.
Los embates kirchneristas no lograron torcer las aspiraciones presidenciales de Daniel Scioli. El gobernador bonaerense está dispuesto a dejar a la presidenta Cristina Kirchner sin posibilidad de re-reelección y, por ello, se convirtió en el principal armador del peronismo opositor.
El Scioli que aparece en la superficie, cándido y componedor, esconde a un dirigente que secretamente trabaja por garantizar el fin del kirchnerismo y cualquier otro competidor interno.
La lealtad al "proyecto nacional" que Scioli sabe pregonar públicamente es vista como un disfraz para los dirigentes que en privado reciben sus consejos. El mandatario sabe que la elección en la provincia de Buenos Aires habilitará o terminará de descartar un nuevo mandato de Cristina. Por eso, en las últimas semanas intensificó su apoyo al peronismo opositor con la esperanza de asestarle una derrota al kirchnerismo en octubre.
"Si gana De Narváez, cree que gana él", reconoce un funcionario bonaerense en referencia al gobernador. Se refiere así al acuerdo entre el diputado del peronismo opositor, Francisco de Narváez y Scioli.
Esta alianza silenciosa que formó con su antiguo competidor ya no es una sorpresa para quienes se reúnen con el gobernador. Diferentes dirigentes escuchan a un Scioli desconocido para la mayoría de los argentinos: un político que teje estrategias, planifica acuerdos electorales y aconseja apoyar la lista del peronismo opositor.
Hace dos semanas, fue el diputado y ex gobernador Felipe Solá quien en una reunión en el Banco Provincia escuchó la sugerencia del propio Scioli, quien le recomendaba acercarse a las filas del opositor De Narváez para obtener una victoria en los comicios legislativos.
El viernes de esa semana, el gobernador había agasajado con una cena en su casa de Villa La Ñata al propio De Narváez, acompañado por José “Pepe” Scioli y el diputado Gustavo Ferrari, ambos interlocutores en la relación que mantienen. Aunque oficialmente ambos sectores se empeñaron en desmentirlo, otras fuentes del sciolismo confirmaron el encuentro con detalles.
El viernes de esa semana, el gobernador había agasajado con una cena en su casa de Villa La Ñata al propio De Narváez, acompañado por José “Pepe” Scioli y el diputado Gustavo Ferrari, ambos interlocutores en la relación que mantienen. Aunque oficialmente ambos sectores se empeñaron en desmentirlo, otras fuentes del sciolismo confirmaron el encuentro con detalles.
No es la primera vez que Scioli y De Narváez se reúnen en los últimos meses: el 17 de diciembre los juntó Facundo Moyano, días después se vieron en el casamiento de Ferrari y volvieron a verse a mediados de enero. Eduardo Amadeo también está entre los dirigentes que escucharon a Scioli admitir que apoyará por lo bajo las listas opositoras, y asegura que él mismo pondrá hombres propios en las nóminas del peronismo disidente. La foto que se sacó hace unos días De Narváez con el ahora funcionario sciolista Juan Curuchet fue el primer mensaje.
Scioli también compartió esta estrategia con el ex presidente Eduardo Duhalde, con quien ya no mantiene encuentros como antes, pero preserva largas conversaciones telefónicas.
Mientras tanto, el sciolismo también se encarga de explicar sus planes a uno de los principales enemigos del Gobierno. El jefe de Gabinete Alberto Pérez, es el nexo que hoy mantiene el gobernador con Clarín. Habría sido el propio Pérez quien ya le admitió a dos altos directivos del grupo sus intenciones de que De Narváez gane la elección en el territorio bonaerense.
La armonía con De Narváez no sólo le serviría a Scioli para enterrar la idea de re-re, sino también para dejar fuera de la pelea por la Presidencia al intendente de Tigre,
Sergio Massa. Y así quitarle chances a un posible competidor para 2015.
Sergio Massa. Y así quitarle chances a un posible competidor para 2015.
Si Massa se presenta como candidato a diputado nacional y triunfa, Scioli teme que busque competir por el premio mayor. En ese sentido, De Narváez no entraña una preocupación porque nació en Colombia y la Constitución le cierra el camino hacia la Presidencia.
En las planillas de Excel que maneja el gobernador con las alternativas para llegar a la presidencia en 2015, no cabe la posibilidad de que el intendente de Tigre gane los comicios y se ilusiona con que, una vez más, decida no competir.
Sin embargo, mientras Scioli apuesta a De Narváez, otro sector disidente entre los que se encuentran Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, José Manuel de la Sota y Roberto Lavagna necesitan a Massa. Este grupo descree de Scioli y confían en que el intendente de Tigre puede ganar la elección (ver página 6).
El kirchnerismo, por último, se esperanza con forzar a Scioli a ocupar una candidatura en la lista oficial. Y él ya adelantó que lo rechazará.