LA RELACIÓN DE UCRANIA Y RUSIA
El pasado de Ucrania y Rusia es complejo y a la vez
uniforme. Por 500 años la historia ucraniana, bielorrusa y rusa fue la misma,
con Kiev como eje. Durante 300 años Ucrania estuvo sometida a Polonia y
Lituania. Durante 340 años casi toda fue del Imperio ruso ydesde la II Guerra
Mundial toda Ucrania fue de la URSS.
La lengua ucraniana es tan próxima al ruso como para que
puedan entenderse entre ellos y el ruso predomina en Kiev, en el oeste y en el
sur. La religión principal es el Cristianismo Ortodoxo (60%), le sigue una
minoría católica (10%) en el occidente y un grupo musulmán (3%) en Crimea. La
lista de científicos, músicos, literatos, políticos y militares de la historia
rusa, no puede escribirse sin ucranianos (Eugen Slutzky, Igor Prokofiev,
Nicolai Gogol, Gregory Zinoviev, Kliment Voroshilov); ni la historia ucraniana
sin nombres rusos.
Ucrania tiene 46 millones de habitantes (censo 2011) sobre
603 mil km2 con siete fronteras: Bielorrusia al norte; Polonia, Eslovaquia al
oeste; Hungría, Rumania y Moldavia al sur, con una costa sobre el Mar Negro;
eso le da gran importancia estratégica para Rusia. También para la OTAN, si piensa
atacar a Rusia.
EL GOLPE DE ESTADO EURO-AMERICANO
En 2004 Victor Yanukovych, quien fuera Gobernador de Donetsk
(1997 – 2002) y Primer Ministro (2002 – 2004) de Leonid Kushma, ganó las
elecciones en Ucrania, pero el desorden de la llamada “Revolución Naranja”,
amplificado por una campaña de la prensa internacional –la técnica de
revoluciones de color– presionó a la Corte Suprema para anular la elección y
repetirla para imponer el candidato de Bruselas y Washington: Victor
Yushchenko.
En 2010 Yanukovych ganó con el 49% de los votos contra el
45% de Julia Timoshenko, la primer ministro de Yushchenko. En las elecciones
parlamentarias de 2012, el partido de Yanukovych gano 187 asientos contra 102
del de Timoshenko, un claro aumento de apoyo electoral. La Sra.Timoshenko años
antes había sido condenada por corrupción en Rusia y lo fue de nuevo en Ucrania
en un caso sobre comercio de gas y fue enviada a prisión. La prensa occidental
comenzó entonces una campaña de difamación contra los tribunales ucranianos y
de exaltación de Santa Julia mártir, la de la trenza aureolada.
Las nuevas elecciones presidenciales de Ucrania estaban
previstas para diciembre 2014. Desde el 2013 comenzó una campaña de la prensa
internacional contra Yanukovych preparando a la opinión pública internacional
para un golpe de Estado. Estados Unidos “invirtió” 5 millardos de dólares en
organizar y entrenar grupos para cambiar el gobierno ucraniano, según las
palabras de la Secretario de Estado Adjunto para Europa del Este, Victoria
Nuland, ante una reunión del Club Nacional de la prensa, auspiciada por
Chevron.
Desde enero, grupos entrenados por Washington y Bruselas,
invadieron violentamente Kiev, ocuparon edificios públicos y exigieron la
dimisión de las autoridades legítimas, cuando faltaba menos de un año para
nuevas elecciones. Según testigos, su modo operativo mostraba formación y la
coordinación militar, en lo que, según Haaretz, participó personal israelí.
Otros vieron como personal norteamericano, alemán y polaco dirigían las protestas,
donde junto a grupos ucranianos actuaban mercenarios moldavos, turcos, afganos
y árabes.
La gran prensa elogió las violencias. Altos funcionarios
europeos y americanos fueron a Kiev para mostrar apoyo al alzamiento; tal como
Victoria Nuland dando galletas a los revoltosos. Obama pidió la renuncia del
“dictador” Yanukovych. La prensa siempre reportó desde el lado de los
manifestantes; nunca del lado de la policía que sufrió muchos muertos y
heridos. Los políticos de oposición ucranianos buscaron el poder sin apelar
nunca a las masas, sino ante funcionarios norteamericanos y europeos; Ángela
Merkel en especial. Se puede especular sobre qué pasaría si funcionarios
extranjeros incitasen a ocupar con violencia oficinas públicas en Washington y
a destituir a Obama. Si Yanukovych fue culpable de algo, fue de indecisión y no
de violencia o terquedad. Su gobierno llegó a un acuerdo con los revoltosos,
garantizados por cancilleres de la UE, que los revoltosos no cumplieron.
El momento para derrocar con un desorden artificial a un
gobierno legítimo, en las fronteras de Rusia, fue obviamente calculado: los
Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi. Rusia hacía de anfitrión mundial y la
atención del mundo se enfocaba fraterna a otro lado, como cuando durante los
Juegos Olímpicos de Beijing el ejército de Georgia atacó Ossetia del Sur.
Hubo muertos y heridos, entre la policía y los
manifestantes. Según el testimonio del Ministro de Relaciones Exteriores de
Estonia, Urmas Paet, quien habló con la Doctora Olga Bogolomets, la médico jefe
de la clínica móvil en la Plaza Maiden cuando la protesta se hizo violenta en
Kiev, la doctora le mostró fotos y le dijo que ambos bandos habían sido
víctimas de los mismos francotiradores; que se había usado el mismo tipo de
balas. Ella añadió que lo más chocante era que el “gobierno provisional” no
quería investigar lo sucedido. Cuando Paet habló sobre eso con la Jefa de
Relaciones Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ella solo dijo: Oh! Que
terrible! pero no hizo nada. Ahora se acusa a Yanukovych y sus ministros de
esos asesinatos.
Pareciera que Washington y Bruselas aplicaron en Ucrania
–fuera del golpe militar- todas las técnicas de golpe de estado que los
anglo-sajones han practicado en el Tercer Mundo desde la época napoleónica.
Primero, los bancos endeudaron a Ucrania por 138 millardos (PIB 176 millardos,
2012) con pagos pendientes este año por 8 millardos, lo que limita las
políticas independientes y resulta siempre en corrupción. Segundo, se apoyó
financieramente a muy diferentes partidos políticos para dirigirlos hacia un
objetivo político común. Tercero, se desató una campaña de prensa para
desacreditar el gobierno y demonizar a sus líderes. Cuarto, se financió y se
entrenó a grupos para fomentar desórdenes violentos. Quinto, se usó
francotiradores para disparar contra ambos bandos y generar odio y violencia,
como en Siria. Sexto, se aplicó el truco usado recientemente en Honduras y
Paraguay: el Golpe Parlamentario.
En Ucrania se hizo con la invasión del Parlamento por
matones armados, que causaron la fuga de la mayoría de los parlamentarios del
gobierno. Luego, bajo evidente amenaza y tal vez con sobornos llevaron al resto
a destituir al Presidente en una súbita sesión, sin siquiera juicio. Para el
estándar democrático de la OTAN, no importa que el presidente “destituido” no
haya sido nombrado por el Parlamento, sino por votación popular directa;
igualmente los gobiernos de la OTAN reconocieron enseguida al ya previsto
“gobierno provisional”.
EL GOBIERNO USURPADOR
El “gobierno provisional” puede llamarse también el Gobierno
Oligarca.. El Presidente es Oleksandr Turchynov, un pastor evangélico, pero
quien manda es el Primer Ministro Arseniy "Yats" Yatsenyuk – un
banquero judío, escogido por Victoria Nuland para ser el títere de la
OTAN-.Turchov y Yatsenyuk pusieron varios oligarcas a gobernar las regiones
donde el apoyo a Yanukovych es mayor. Es fácil asumir que por su potencial para
sobornos políticos.
Uno de ellos es Ihor Kolomosky, un banquero, empresario
metalúrgico y patrón de medios millardario, también miembro prominente de la
comunidad judía ucraniana y cuyos diarios dieron una cobertura favorable a las
revueltas. Se le nombró gobernador de su patria chica: Dnepropetrovsk. Putin
dijo de él que es un estafador y explicó como Kolomosky había robado 2
millardos a un socio. Kolomosky es bien conocido como amigo de Julia
Timoshenko, la antigua primer ministro cuya primera llamada al salir de prisión
fue paraAngela Merkel.
Otro es Serhiy Taratuta, el hombre más rico de Ucrania en
2009; según Forbes, que fue nombrado gobernador de su nativa Donetsk. El 9 de
marzo, ya enfrentó un alzamiento popular para reinstalar a Pavel Gubarev, el
anterior gobernador; alzamientos que se repiten en otras provincias.
El clima político se pondrá peor, porque el Fondo Monetario
Internacional mandó a Ucrania una “misión investigadora” la semana pasada. Las
reservas de Ucrania ya habían bajado de US$17,8 millardos a 15 millardos en las
últimas cuatro semanas. Después de la visita del FMI los ucranianos de todas
las tendencias aprenderán lo que significa “ajuste estructural”.
La mayoría ucraniana de lengua rusa está tan furiosa con la
corrupción, el desempleo y la desigualdad económica como los ucranianos del
oeste; pero la gente puesta al mando por las turbas no trae un cambio
revolucionario. Son las mismas caras conocidas por su corrupción y su
complicidad en enriquecer a los oligarcas ucranianos. Esta vez, para servir
intereses foráneos, parecen querer borrar la milenaria herencia cultural
ucraniana. La inquietud en el centro y el oeste de Ucrania aumentó desde que
los usurpadores anularon la ley que permitía el uso del ruso como lengua
oficial en esas zonas. Es una prueba de su tendencia anti-rusa y pro- OTAN. Una
prueba de su autoritarismo es la proscripción del Partido Comunista, que sacó
el 13% de los votos en la última elección.
Desde su independencia, las encuestas en Ucrania muestran
una gran mayoría contraria a ser parte de la OTAN, pero el gobierno “de-facto”
quiere ignorarlo. En su campaña electoral, Victor Yanukovych se postuló como
contrario a la OTAN y su Partido de las Regiones hizo del no-alineamiento la
estrategia de seguridad del país, como en Finlandia, Suecia e Irlanda.
CRIMEA
Crimea ya fue objeto de la ambición anglo-sajona en la
Guerra de Crimea (1853 – 56) pero quedó rusa. La vasta mayoría de su población
sigue siendo rusa; por ello cuando Kruschev la anexo a Ucrania, fue como
República Autónoma. Después del Golpe de Estado en Kiev, el gobierno local
permaneció leal a Yanukovych y rechazó los intentos de invadir Crimea con
matones mercenarios y de crear una rebelión de los tártaros locales. El
gobierno “de facto” comenzó entonces a hablar de una invasión rusa de la
Crimea.
La prensa y los gobiernos de la OTAN quieren ignorar que
Crimea es la base de la flota rusa del Mar Negro y que de acuerdo al tratado
Ruso-Ucraniano de 1997, hasta el año 2040, Rusia tiene derecho a mantener allí
hasta 27 mil hombres, aunque por el momento solo hay 16 mil. Lo que la gran
prensa reporta como “gente en uniforme” cuidando edificios públicos son las
milicias locales de autodefensa y las unidades ucranianas que permanecen fieles
al Presidente Yanukovych y al Gobierno de Crimea.
El Gobierno de Crimea, confrontado a los usurpadores de Kiev
que quieren ignorar sus legítimas credenciales, ha decidido consultar al pueblo
sobre su futuro. Es un ejercicio de auto-determinación de impecable credencial
democrática, reconocido por la ONU; aunque abusado por Estados Unidos arrancar
provincias a países; desde Panamá hasta Kosovo.
LA CUESTIÓN ENERGÉTICA
El 66% del gas ruso que se exporta a la U.E y Turquía (86
bcm)se hace por Ucrania, pero ésta va perdiendo importancia como red de
tránsito. Hay dos nuevos gasoductos submarinos, el Gasoducto del Norte y el
Gasoducto del Sur que pasan fuera de Ucrania. El Gasoducto del Norte, terminado
en 2011, conecta a Rusia con Alemania por el Mar Báltico. El Gasoducto del Sur,
que pasa por debajo del Mar Negro, estará listo para 2015.
El monopolio ruso Gazprom había llegado a un acuerdo con
Yanukovych parabajar el precio del gas destinado a Ucrania, de US$400 por 1.000
m3 a US$268,5, desde el 2014. La política anti-rusa del gobierno usurpador no
favorece la continuación de ese descuento. La deuda por gas de Ucrania con
Rusia en este momento es de US$1,5 millardos.
UN MALIGNO RIZO DEL RIZO GEOPOLÍTICO
Rusia no va a pedir la indulgencia o la bendición de
Occidente. Alea jacta est, la suerte está echada, Crimea es una pieza perdida
en el gran tablero de la OTAN. Ahora lo que hay es un problema de tres colas
para los conspiradores euro–americanos: a) como salvar sus intereses económicos
en Rusia (comercio UE con Rusia medio billón; EE UU 40 millardos); b) castigar
a Rusia o a los autores del fracaso; c) expandir la integración europea después
del choque.
Herman Van Rompuy, Presidente del Consejo Europeo, dijo; el
primero de febrero, en la conferencia sobre seguridad de Munich: “para los
europeos y americanos, las economías se basan en reglas y las sociedades en
valores – esto es lo que somos, es lo que significamos para tantos y lo que
juntos debemos representar para el mundo”. Palabras huecas, porque ni sus
reglas ni sus valores tuvieron éxito en liberar sus países del peso de una
decadencia socio-económica, política e intelectual, ni restauraron sus
identidades, su moralidad o su espíritu.
La tonada que hoy cautiva el oído de los electores en Europa
es el euro-escepticismo, porque ofrece una valoración de asuntos vitales para
tantos europeos dejados fuera de la mesa en la cena transnacional. El “déficit
democrático” es una inexorable realidad y es raro encontrar en Europa quien
apoye la perspectiva sombría que pintan quienes hacen la política en Bruselas.
Hay una trampa mental convertida en un peligroso rizo del
rizo geopolítico parael estilo de maniobra Euro–Atlántico, se trata del
“Despertar Político Global” nutrido por Zbigniew Brzezinsky. Se le lanzó como
una estrategia de EE.UU. para el Medio Oriente, pero aterrizó, como un Caballo
de Troya, en la llamada Euromaidan de Kiev. Fue algo articulado por Van Rampuy
en Munich: “A pesar de la geopolítica, hemos ofrecido a Ucrania una relación
más cercana con la Unión Europea, con los países a su oeste… y sabemos que el
tiempo está de nuestro lado. El futuro de Ucrania pertenece a la Unión
Europea”.
Quienes hacen la política en Bruselas tienen sus mentes
controladas por Washington y el paradigma de Brzezinsky, quien ve a Ucrania
como “un reducto occidental que impida la reencarnación de la Unión Soviética,
porque sin ésta Rusia cesa de ser un imperio”. El Dr. Brzezinsky,
desafortunadamente, enseñó bien como odiar y temer a Rusia, pero, por suerte,
su legado geopolítico es anticuado, porque el mundo moderno no soporta vivir
dos conceptos opuestos al mismo tiempo: mundialismo unilateral vs diversidad
del diálogo civilizado.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Las amenazas de Estados Unidos de sanciones económicas y de
otro tipocontra Rusia en caso de auto-determinaciones en Ucrania favorables a
una integración con Rusia son risibles. El poder económico de EE.UU. se
desvanece y Rusia tiene suficiente músculo económico para hacer sentir sus
represalias en Londres y New York. Si las cosas se calientan, China, aliada de
Rusia, puede dar una mano en fundir el dólar, para disminuir las tensiones..
Rusia puede declarar inaceptable la injerencia de EE.UU. y
la UE en los asuntos ucranianos, apoyar el regreso a la legalidad apoyando los
partidos pro-rusos y acercándose a los partidos nacionalistas ucranianos que
estarían incómodos bajo la tutela de Bruselas.
La Crimea y otras partes de Ucrania pudieran integrarse con
Rusia, mientras Europa absorbe la Ucrania Occidental en bancarrota; algo como
una restitución de territorios anexados desde la segunda guerra mundial.
Los rusos y los alemanes debieran recordar que –como
Bismarck bien demostró- la paz europea está a salvo y la cultura europea
florece cuando ambos países actúan de acuerdo.
INTERRELACIÓN
CON MEDIO ORIENTE EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Hace ya cuatro años que Siria vive inmersa en una
cruenta guerra civil que enfrenta al gobierno laico del Partido Baaz frente a
rebeldes islamistas de mayoría sunní.. Sin embargo, a pesar de que los
principales medios de comunicación vendieron la contienda como una lucha entre
la tiranía de Bachar Al Asad y el heroico pueblo sirio, lo cierto es que la
realidad del país ha resultado ser mucho más compleja que esa propaganda
simplista. La resistencia del presidente sirio durante toda la guerra, a pesar
de tener enfrente a poderosos enemigos internos y externos, demuestra que el
régimen cuenta aún con un gran apoyo entre la sociedad siria, y que el intento
de acabar con este último exponente del panarabismo secular no obedece en
absoluto a ansias democratizadora sino a una estrategia geopolítica en la que
tanto occidente como el islamismo tienen intereses comunes.
Desde la pasada primavera de 2011, hace ya más de cuatro
años, Siria vive inmersa en una cruenta guerra civil cuyo saldo supera ya el
centenar de miles de muertos. La contienda, que enfrenta al gobierno
panarabista, socialista y laico de Bachar Al Asad frente a los rebeldes sirios
(una extraña amalgama de opositores financiada desde el exterior y en la que el
islamismo conservador sunní es el elemento esencial), estalló al calor de la
mal llamada “primavera árabe”, que en realidad debería haberse denominado
“primavera verde”, ya que supuso el triunfo político del islamismo militante
sunní. Aprovechando el incipiente descontento de algunos sectores de la
sociedad siria con el gobierno del Partido Baaz, grupos opositores sirios
(representados ideológicamente en su mayoría por la Hermandad Musulmana desde
hace más de medio siglo) se alzaron en armas contra el gobierno laico en
algunos núcleos del país como Hama o Homs, dando lugar a la formación del
autodenominado “Ejército Libre de Siria”, que inmediatamente se fortaleció con
la llegada de varias unidades militares que habían desertado del ejército
gubernamental. Seguidamente, la rebelión se extendió a los suburbios de
ciudades todavía más importantes como Aleppo, y sobre todo a amplias zonas
rurales del interior del país, donde el islamismo conservador vinculado a los
terratenientes ha sido tradicionalmente muy poderoso y hostil a las políticas
secularizadora y socialistas del baazismo. Sin embargo, el gobierno de Bachar
Al Asad no se quedó de brazos cruzados, y las tropas del gubernamental Ejército
Árabe Sirio pronto lograron asegurar la capital Damasco y la franja litoral
mediterránea, donde se encuentran las estratégicas provincias costeras de
Latakia y Tartous, y ello fue posible gracias en gran parte al apoyo de la importante
sociedad urbana laica y de las minorías religiosas cristianas y alawitas que
habitan dichas regiones, las cuales se han mantenido leales a Al Asad desde un
principio ante el peligro que supondría para su propia supervivencia una
victoria militar de los rebeldes islamistas sunníes.
Y es que dentro de la heterogénea amalgama de facciones que
componen dicho bando rebelde, el elemento islamista radical ha ido adquiriendo
paulatinamente la hegemonía, lo que quedó plasmado sobre el campo de batalla cuando
los yihadistas de Jabhat Al Nusra tomaron el control directo de la ciudad de
Raqqa, localidad donde actualmente el Estado Islámico ha situado su capital.
Por su parte, en el plano internacional Rusia, China, Irán y el Hezbollah
libanés mostraron su apoyo al gobierno sirio, mientras que los Estados Unidos,
las potencias occidentales, la reislamizada Turquía, las petromonarquías del
Golfo Pérsico y el terrorismo yihadista, se alinearon con los rebeldes. Fruto
del apoyo de estos últimos a dicha rebelión, y unido al caos reinante en el
vecino Irak desde la invasión angloamericana de 2003, los islamistas radicales
sunníes pudieron hacerse con grandes porciones de territorio, recursos, así
como obtener financiación y apoyo mediático, lo que terminó eclosionando en la
proclamación del autodenominado “Estado Islámico” (Daesh) el verano del pasado
año y en las terribles matanzas sectarias, asesinatos políticos y destrucciones
de patrimonio artístico que vienen perpetrando desde entonces. Como vemos, una
vez más Occidente se ha aliado con el conservadurismo teocrático y con el
islamismo más integrista para destruir al único régimen laico que todavía queda
en la región. Sin embargo, al margen de haber contribuido indirectamente a la
creación de un monstruo como Daesh, el cálculo occidental fue erróneo también
en lo que respecta a la supuesta debilidad y aislamiento de Al Asad, ya que no
contaron en ningún momento con el gran respaldo popular que aún tiene el
régimen panarabista sirio, que desde que inició la modernización del débil
estado sirio en los años 60, se ha apoyado en amplios sectores de la sociedad
como los trabajadores, las clases medias, los sectores laicos y las minorías
religiosas como los cristianos, los drusos o los alawitas (esta última la rama
del chiísmo de la que forma parte el propio presidente).
1 – LA PROPAGANDA OCCIDENTAL E
ISLAMISTA CONTRA BACHAR AL ASAD
Fruto de este apoyo de la mayoría de los ejes de poder
geopolítico y geoeconómico mundial a los rebeldes islamistas, los principales
medios de comunicación globales mostraron un relato de los acontecimientos muy
maniqueo y sesgado. Tanto los medios occidentales (CNN, BBC, France 24, RTVE)
como los islamistas sunníes (Al Yazeera, Al Arabiya) han planteado el conflicto
sirio desde sus inicios como una mera prolongación de la primavera árabe, en la
lucha de un pueblo sojuzgado y oprimido por la tiranía del presidente sirio.
Dichos medios de comunicación no dejaron de asegurar que el gobierno de Bachar
Al Asad no resistiría mucho tiempo, ya que solamente recurría a la represión,
se encontraba aislado y tenía enfrente a todo el pueblo sirio y al conjunto de
la comunidad internacional, así que del mismo modo que Ben Ali, Mubarak, Saleh
y Gadafi habían caído en Túnez, Egipto, Yemen y Libia respectivamente, Al Asad
terminaría siendo depuesto también.
Si esta fue la estrategia general de la propaganda de guerra
contra Bachar Al Asad, en lo que respecta a la táctica propiamente dicha, los
medios utilizaron el relato como arma de persuasión para modificar la opinión
pública a favor de los rebeldes. Un relato favorecido por el clima de opinión
favorable creado ya anteriormente durante la intervención militar en Libia
contra Muammar el Gadafi, y que por lo tanto, siguió su misma estructura. Un
hilo conductor en el que del mismo modo que los libios habían tenido que
recurrir a las armas para liberarse del yugo de su malvado dictador y lo habían
logrado gracias a la ayuda desinteresada de las democracias occidentales y de
la comunidad internacional, ahora era el turno del pueblo sirio, el cual
llevaba décadas oprimido, tiranizado y esclavizado por la minoría de los
alawitas, y que por fin, se había levantado en armas contra la dictadura para
ser dueño de su propia libertad. Un relato como vemos lo suficientemente
maniqueo y generalista que permitía que pudiese ser justificado tanto por
ideologías derechistas (lucha contra un dictador socialista, aliado de Rusia y
China) como izquierdistas (lucha del pueblo contra la élite, la ciudadanía en
armas por la libertad) en el seno de las principales sociedades occidentales.
En los medios islamistas por su parte, el relato central es el mismo, pero su
idea-fuerza principal varía, ya que en este caso se insiste en que el gobierno
de Al Asad es “kafir”, es decir infiel y ateo, un argumento que lleva siendo
utilizado por el Islam político para acabar con el socialismo árabe desde los
tiempos de la Guerra Fría.
A su vez, para fortalecer el relato, este fue rodeado de
diversas armas persuasivas como el mito, el enemigo único, la proyección de
unanimidad, basadas todas en el imaginario geopolítico dominante. En primer
lugar, el mito del altruismo de un Occidente desinteresado, que solamente busca
la democratización de los pueblos oprimidos. En segundo lugar, la canalización
del enemigo único en la persona de Bachar Al Asad, el presidente sirio que
sistemáticamente en los medios ha sido acusado de utilizar armamento químico
contra los rebeldes, de masacrar a su pueblo, de perpetuarse en el poder y de
dirigir una dictadura totalitaria. En tercer lugar, la proyección de unanimidad
trata de mostrar como el bando rebelde es la totalidad del pueblo sirio,
mientras que el bando gubernamental solamente representa a la élite dirigente..
Finalmente, las tres armas narrativas están enraizadas en el imaginario
geopolítico dominante, el cual en los medios occidentales por su parte
representa a la superpotencia Estados Unidos y a sus aliados como los gendarmes
del mundo, en contraposición con Rusia y China, grandes potencias totalitarias
y expansivas, que siempre suponen un peligro para la paz mundial. En los medios
islamistas por su parte, el imaginario geopolítico obviamente es distinto, y se
enfoca en las virtudes de la “Primavera Árabe” que están devolviendo a los
pueblos árabes a la senda del Islam verdadero, en contraposición a los
heréticos chiíes de Irán, Líbano y Siria, que pactan con los cristianos y
ateos. Curiosamente, uno de los éxitos de la propaganda occidental sobre Siria
es que en nuestras sociedades ignoremos la propaganda islamista sobre Siria, ya
que descubrir que de lo que realmente los opositores acusan a Al Asad es de
infiel, tal vez podría hacernos replantearnos muchas cosas.
2 – LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE SIRIA Y
LA COMPLEJA REALIDAD DEL CONFLICTO
Pero contrariamente a ese relato maniqueo y simplista que
los medios de comunicación tanto occidentales como islamistas nos han vendido,
lo cierto es que en realidad la situación del conflicto sirio es muchísimo más
compleja, la cual solo puede comprenderse si se conoce la historia contemporánea
siria y se analiza la evolución de las luchas de poder en un país cuya seña
principal de identidad es la multiconfesionalidad, ya que a diferencia de otros
países árabes, en Siria conviven desde hace siglos más de 15 comunidades
religiosas, entre las que destacan musulmanes (sunníes, alawitas), cristianos
(ortodoxos, católicos), drusos e incluso judíos. Y es que Siria fue junto a
Irak la cuna de la civilización, una tierra por donde pasaron una gran cantidad
de pueblos como mesopotámicos, fenicios, persas, griegos, romanos, árabes,
kurdos y otomanos, dejando cada uno de ellos su particular legado. Damasco fue
la capital del primer gran califato islámico, el de los Omeyas (los cuales
además se refugiaron en Al-Ándalus tras su derrocamiento por los Abassidas, lo
que fue el origen del califato de Córdoba) y también el centro de poder de
Saladino. Posteriormente los turcos otomanos conquistaron la región y la
convirtieron en una provincia de su Imperio, hasta que tras el final de la I
Guerra Mundial, el territorio sirio pasó a formar parte de la administración
colonial francesa, lo que provocó la entrada de la cultura francófona y de su
ideología laica republicana.
En 1946 el país finalmente logra obtener su independencia de
Francia tras una serie de revueltas nacionalistas, y a partir de entonces, la
política interna siria va a girar en torno a dos polos antagónicos: el
panarabismo socialista y el islamismo conservador. El panarabismo socialista,
cuya principal fuerza política será el Partido Baaz (creado justamente en Siria
años atrás por el cristiano Michel Aflaq y el musulmán Salah-Al-Din Al-Bitar,
aunque posteriormente su influencia se extendió también a Irak), una formación
nacionalista panárabe, socialista y laica, cuyo ideario político ha buscado
desde su fundación la superación de todas las tensiones religiosas creando una
unidad en torno a la lengua árabe, independientemente de las creencias
religiosas de cada individuo. Para ello, el panarabismo en Siria ha tratado de
edificar un Estado moderno y secular, fuertemente intervenido económicamente,
que garantice la visibilidad de las distintas confesiones del país, que acabe
con las estructuras feudales en la sociedad y que cohesione al conjunto de los
sirios eliminando las desigualdades. Por ello, el socialismo es un elemento
básico del panarabismo, lo que provocó que poco a poco los líderes baazistas
buscasen el asesoramiento de la Unión Soviética y tejiesen lazos con los
comunistas, sobre todo en la corriente dominada como “neobaazismo”. En cambio,
el islamismo conservador justamente ha buscado lo contrario. Se trata de un
movimiento hegemonizado por la “Hermandad Musulmana”;organización nacida en
Egipto pero en seguida exportada a Siria, que surge como reacción
tradicionalista, oligárquica e islamista a la modernización y al laicismo del
panarabismo socialista. Para los islamistas conservadores la clave de la
identidad siria es el Islam, y por ello, el estado debe ser monoconfesional y
estar regido por la Sharia (la ley islámica), por lo que el secularismo
baazista siempre ha sido el principal enemigo a batir, al que acusan de infiel
o socialista. Por ello, si el Baaz siempre ha estado vinculado a los
trabajadores, la pequeña burguesía urbana y las clases medias laicas, la
Hermandad Musulmana lo ha estado a los terratenientes rurales y al clero
islámico.
En 1963 el Partido Baaz toma el poder gracias a un golpe de
Estado por parte de unas fuerzas armadas que se habían formado bajo la
administración colonial francesa y que además se encontraban muy influenciadas
por la modernización que había experimentado la URSS gracias al comunismo.
Desde el gobierno, y bajo las presidencias de Salah Yadid y posteriormente de
Hafez Al Asad. emprenden una serie de reformas administrativas, económicas y
sociales que crean un Estado fuerte e intervenido (anteriormente las
instituciones sirias eran muy débiles), y permiten así la cohesión de la
sociedad en base a un nacionalismo sirio multiconfesional. Asimismo, las
reformas económicas y laicas de corte socialista permiten la mejora de las
condiciones de vida de los trabajadores y la emancipación de las mujeres, lo
que se traduce en el surgimiento de unas nuevas clases medias urbanas muy
vinculadas al baazismo. Como reacción a dichas políticas modernizadoras y
secularizadoras del Estado, la Hermandad Musulmana ha organizado rebeliones
armadas contra el gobierno del Baaz a lo largo de los años, siendo las más
importantes la de 1979-1982 (en las que llegaron a proclamar un califato
islámico en la ciudad de Hama) y la actual de 2011-2015 (en la que son la parte
esencial, al menos ideológicamente, de los llamados rebeldes sirios).
Para comprender esta última rebelión hay que retroceder en
el tiempo hasta 2007, cuando el gobierno de Bachar Al Asad (que sucedió a su
padre Hafez en el año 2000), fruto de las consecuencias económicas de la
retirada de las tropas sirias del Líbano y del aislamiento internacional al que
se veía sometido el país, se ve obligado a emprender algunas reformas
liberalizadoras (prácticamemente impuestas por el Fondo Monetario
Internacional) contrarias a la idiosincrasia socialista del Partido Baaz. Ello
provoca que se vean perjudicados algunos sectores populares (especialmente
campesinos, afectados ya de por si por la sequía que sufría Siria desde algunos
años) que tradicionalmente habían respaldado al Baazismo; si bien es cierto que
las medidas beneficiaron a otros sectores de la sociedad, como las clases
liberales urbanas). Fruto de esta pérdida de apoyos en algunos sectores
sociales, unido a la reislamización de la sociedad desde las últimas décadas
debido a la propaganda de las petromonarquías teocráticas del Golfo Pérsico... la
Hermandad Musulmana se ve reforzada en sus planteamientos y en el 2011, al
calor de la “primavera árabe”, le llega su oportunidad, y la alianza entre el
islamismo político y los sectores descontentos con las últimas medidas de
Bachar Al Asad cuajan en la rebelión de 2011 y en la formación del denominado
“Ejército Libre Sirio”. Dicho bando rebelde además, logra consolidar posiciones
territoriales en Homs, Hama, Aleppo o Raqqa al verse reforzado por los
combatientes yihadistas pertenecientes a organizaciones terroristas como Jabhat
Al Nusra o más recientemente Daesh, si bien es cierto que estas distintas
facciones rebeldes comienzan desde muy pronto a enfrentarse entre sí por el
botín de guerra, lo que se traduce en un recrudecimiento aún mayor de la
violencia.
Sin embargo, una gran mayoría de la sociedad siria
continuaba y continúa aún apoyando al gobierno baazista, y ese ha sido sin
lugar a dudas, el gran error de cálculo tanto de los rebeldes sirios como de
las potencias occidentales e islámicas que les apoyan. Como ya he destacado, la
característica esencial de la población de Siria es su diversidad religiosa, y
el respeto a todas y cada una de las confesiones ha sido la base de la política
laica del Partido Baaz durante más de medio siglo. Por ello, si la génesis del
Estado sirio es su multiconfesionalidad, difícilmente los ciudadanos sirios van
a apoyar a un proyecto político como el de los rebeldes sirios (prácticamente
en su totalidad musulmanes sunníes) que si triunfa militarmente convertirá a
Siria en un país islámico regido por la Sharia. Por ello, a pesar de que el
Partido Baaz y el presidente Bachar Al Asad se vean desgastados por tantos años
de ejercicio del poder, una gran mayoría de la sociedad siria todavía sigue
apoyándoles porque son la única garantía del mantenimiento del laicismo en
Siria y de la supervivencia de las distintas religiones (ya que los rebeldes
islamistas han asesinado ya a grupos pertenecientes a diversas minorías
religiosas como cristianos, alawitas o drusos). De hecho, uno de los lemas
principales del bando rebelde sirio es “Los alawitas a la tumba, los cristianos
a Beirut”. Además, contrariamente a lo que ha sostenido la propaganda
occidental e islamista, el poder en Siria no lo detenta solamente la minoría
alawita (la rama del chiísmo a la que pertenece la familia Asad) sino que
debido a la propia ideología laica del baazismo, los principales cargos gubernamentales,
administrativos y militares se encuentran repartidos entre los diferentes
grupos religiosos, precisamente en aras de garantizar la estabilidad de la
homogénea sociedad siria. De hecho, también es falsa la consideración de Siria
como una “dictadura de partido único”, ya que el poder político está articulado
en base a una gran coalición nacionalista y más o menos de izquierdas
articulada ya en tiempos de Hafez Al Asad y denominada “Frente Popular
Progresista”, y en la que están integradas, además obviamente del Partido Baaz,
formaciones como el Partido Comunista Sirio, el Movimiento de los Socialistas
Árabes, la Unión Socialista Árabe de Siria o el Partido Social Nacionalista
Sirio (este último un partido que está experimentando un auge importante, ya
que la soledad de Siria como último bastión del socialismo árabe está
provocando una cierta mutación del panarabismo laico al pansirianismo laico, es
decir, que una gran parte de los ciudadanos que siguen apoyando a Al Asad
comienzan a considerarse a si mismos como sirios antes que árabes). Además, la
nueva constitución aprobada en 2012 (ya en plena contienda bélica) limita el
poder del Partido Baaz y abre la puerta a un mayor pluralismo político, por lo
que el régimen sirio va profundizando en su democratización. Esto demuestra
cómo además de un amplio apoyo social, el Estado secular sirio también cuenta
con un amplio apoyo político.
3 – EL CONTEXTO INTERNACIONAL Y LAS
RIVALIDADES GEOPOLÍTICAS EN ORIENTE MEDIO
Pero si bien la comprensión del conflicto sirio debe basarse
en un análisis de la especificidad político-social de Siria, no menos
importante es el contexto geopolítico. A nivel Internacional, Siria goza de una
situación privilegiada geoestratégicamente, enclavada entre Europa, Asia y
África, por lo que su control siempre ha sido codiciado por parte de los
grandes imperios, y en la actualidad ello no es una excepción, lo que provoca
que el conflicto civil sirio haya sido alentado por parte de poderosas potencias
extranjeras, y que tanto un bando como otro, se vean respaldados por diferentes
países. En este sentido, para desmontar también gran parte de la propaganda
occidental contra Bachar Al Asad, hay que entender como Siria ha sido desde el
triunfo del baazismo un Estado enfrentado a tres grandes poderes geopolíticos:
Estados Unidos, Israel y el islamismo.
En primer lugar, el elemento socialista y anticolonial del
Baaz influyó decisivamente en la política exterior de Siria durante la Guerra
Fría, enemistándola con Estados Unidos y las viejas potencias coloniales
(Francia y Reino Unido) y convirtiéndola en una gran aliada de la Unión
Soviética, país del que obtuvo una importante ayuda económica para el
desarrollo de las principales infraestructuras del Estado. En segundo lugar, el
elemento panarabista del Baaz llevó al apoyo de la causa palestina, lo que
provocó obviamente el enfrentamiento militar con Israel (en las guerras
arabo-israelíes de 1948, 1967 y 1973), y además a partir de la caída del
nasserismo en Egipto, Siria quedó como el eslabón principal de la resistencia
frente al sionismo (eje al que posteriormente se sumaron Irán y Hezbollah en el
Líbano). Finalmente, el elemento laicista del Baaz lo ha situado siempre en la
diana de los países y movimientos islamistas, enemistándolo con Arabia Saudí,
Qatar y las demás petromonarquías del Golfo Pérsico o en la actualidad con los
nuevos gobiernos islamistas de Túnez.. Libia o Turquía (a lo que se suma las ya
de por si siempre complicadas relaciones entre turcos y sirios, consecuencia de
los siglos de dominación otomana), para los que el gobierno sirio siempre ha
sido sospechoso de ser infiel, ateo y filocomunista.
No es de extrañar por ello, que en la actualidad sean
justamente occidentales, sionistas e islamistas los que lleven a cabo la mayor
campaña económica, mediática e incluso en algunos casos militar contra el
gobierno de Bachar Al Asad. Estados Unidos, Reino Unido y Francia han enviado
armamento a los rebeldes sirios, parte del cual ha recaído directamente en
manos de grupos terroristas, contribuyendo así a la creación del Estado
Islámico (de hecho el propio senador John McCain se reunió hace unos pocos años
con yihadistas). Israel ha continuado bombardeando posiciones del ejército
sirio bajo el pretexto de defender su seguridad nacional, pero curiosamente, no
ha atacado nunca zonas en poder de los rebeldes. En cuanto a los países
islamistas, han financiado a los rebeldes sirios en grandes proporciones,
permitiendo la consolidación de sus posiciones militares, y al mismo tiempo,
han utilizado su poderosa fuerza mediática (controlan los principales medios de
comunicación de masas del mundo árabe como Al Yazeera o Al Arabiya) para lanzar
una campaña antisiria en el resto de sociedades del Magreb y de Oriente Medio,
mientras que Turquía, directamente ha convertido a su país en un paso
privilegiado para todos los yihadistas europeos que desean entrar en Siria para
hacer la Yihad frente al gobierno “infiel” de Damasco.
No obstante, a pesar de dicho posicionamiento de las
principales potencias regionales y globales contra el gobierno de Siria, Bachar
Al Asad también ha podido contar con la ayuda de otras fuerzas internacionales.
A nivel regional, el gobierno sirio se ha visto respaldado por los otros
miembros del ya mencionado eje de la resistencia frente a Israel (Irán ha
continuado ayudando energéticamente a Siria, con lo que Al Asad ha podido
mantener los suministros básicos en las zonas gubernamentales, mientras que el
Hezbollah libanés, ha enviado a sus bien armadas milicias a combatir junto al
Ejército sirio, lo que ha permitido impedir que ciertos enclaves estratégicos
cayeran bajo el poder de los rebeldes y del Daesh). A nivel global, Al Asad ha
sido respaldado por Rusia (país que dispone de una estratégica base naval en el
puerto sirio de Tartous; pero que ya anteriormente mantenía buenas relaciones
con Siria desde el siglo XVIII para la protección de las comunidades cristianas
ortodoxas del país, intensificando posteriormente la relación bilateral en los tiempos
de la URSS, y en la actualidad continuando siendo coherente en dicha política
exterior de amistad con el gobierno sirio para frenar el auge del islamismo),
China (Estado que trata de impedir la expansión imperial atlantista hacia
Oriente) y países de la nueva izquierda latinoamericana como Venezuela, Bolivia
o Ecuador (que apoyan diplomáticamente a Siria y han realizado envíos de
suministros al gobierno para tratar de paliar la escasez de alimentos que la
guerra está provocando). A nivel mediático, todos estos actores tratan de
compensar la agresiva propaganda occidental a través de medios de comunicación
como los canales RT (ruso), Telesur (latinoamericano) y Al Manar (libanés), y
gracias a ellos hemos podido tener acceso también a la voz del bando de Bachar
Al Asad.