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martes, 21 de julio de 2015

OTHACEHÈ Y LAS SECTAS SATANICAS



 Raúl Alfredo Othacehe es acusado por el Sacerdote religioso de ser uno de los financistas de una secta satánica como fuerza complementaria en campañas políticas, de la cual financia para fines personales, políticos y protección personal como parte de un ritual. Según nos explica el Sacerdote  durante una conversación con MERLO NOTICIAS  confeso que le habrían encargado por medio de un intermediario de Othacehe ser parte de un ritual para cortarle la cabeza y de arrancarle el cuero cabelludo a una persona enemistada con el Intendente.

Estas sectas que mezclan ritos kimbandistas y otros cultos afrobrasileños, están instaladas de forma ocultas "No van por ahí con crucifijos al revés en sus manos. Desean permanecer por debajo del barrido de la detección del radar social durante toda su vida, sin que se les detecte ni es sus pedidos ni en los resultados; de hecho hay ceremonias especiales de fecundidad de mujeres y otros rituales demoníacos para la entrega de sus bebés nacidos y entregados para el sacrificio en ofrenda al panteón de divinidades Yorubas. Todo sirve a la hora de asegurarse la continuidad en el poder. Los embarazos se mantienen en secreto, las madres elegidas son compensadas económicamente, pero los bebés nacen y desaparecen”, expone el religioso.

Se deduce de las expresiones del religioso, el degüello de los recién nacidos sin siquiera haber sido registrados sus nacimientos, ya que no dejan constancia de los mismos. El holocausto es ofrecido a las deidades tribales del paneón conocido en nuestro país como “umbandista” o bien “quimbandista”, compuesto por orixás, espíritus de brujos afroindios y exús, todos por fuera del reino cristiano que dio por finalizada la edad de los sacrificios con el holocausto de los llamados “mártires” del cristianismo en épocas de Nerón en el antiguo Coliseo. Durante el ritual quimbandista en nuestros días, cabe recordar que el bebé es ofrecido como pago por servicios y beneficios esperados, se lo degüella y la sangre de la víctima –­aproximadamente medio litro– cubre el axé u ofrenda que sella en pacto entre el feligrés y la deidad involucrada. El cuerpo de la víctima ofrendada al estilo precolombino, también puede ser ofrecido al Pozo de las Almas, un hoyo profundo al estilo de los viejos pozos ciegos, morada de espíritus inmundos quienes cobrarán por anticipado en carne virgen los pedidos de enfermedad, accidente o muerte de quienes la persona considera sus “enemigos”, personales, vecinales o políticos.

Según expresa el miembro de la comunidad religiosa, Othacehe viene llevando a cabo estas prácticas de liturgia satánica desde hace más de 15 años como una manera de limitar las estrategias opositoras en una edad republicana y democrática, y de asegurarse la primera línea. Recordemos que el ejercicio de estos pedidos se sustenta con ofrendas de sangre de animales y, en el peor de los casos, humana, en función de los beneficios pedidos que, a la sazón, pueden ser de triunfo o simplemente de eliminación de miembros del sector opositor. Dichos pedidos a deidades pertenecientes al Purgatorio cristiano –ya que se trata de espíritus condenados en su mayoría por suicidas– componen un reino astral de mercenarios todo-terreno, muy obedientes a la hora de operar con el reino del hombre. No es ésta una crítica al panteón execrable de legiones Yorubas –una serpiente venenosa no puede ser educada para no herir o matar a sus víctimas con su veneno– sino a los que cada persona lleva consigo en su conciencia y el precio razonable dispuesto a pagar a cambio del cumplimiento de las solicitudes.

Recordemos al ex presidente Menem con sus ofrendas de carne humana a la figura del Viborón –deidad amerindia que no es otro que el mismo Diablo de la mitología cristiana– que aseguraba tanto el triunfo como la reelección en décadas pasadas y cuya promesa fue la carne de gente joven ofrecida en el momento del ritual pagano y una cantidad discrecional de adolescentes a futuro.
Othacehe, sin duda, pertenece al mismo corte de figuras políticas de inserción social y permanencia a cualquier precio, como lo fue el ex Presidente riojano. Pero la información que nos brinda el sacerdote religioso ayuda a comprender que no se trata sólo de una contienda política de estilo republicano en los territorios de la democracia, sino de un enfrentamiento entre la civilidad que expresa su voluntad con votos frente un reino brutal y despiadado que no reconoce límites entre la moral, la brutalidad y la política.